viernes, 14 de agosto de 2009

¿El presidente es un policía?

Es la primera vez que me atrevo a escribir un blog, leídos tengo muchos, pero en estos días “de shock” como diría el excelentísimo secretario de Hacienda, por un lado y manchados con únicamente 284 muertes relacionadas al crimen organizado en lo que va de este incipiente agosto; tomé valor. Quizás ésta crítica, que para mí es más bien una válvula de escape, no sea vista por muchos, pero me gustaría pensar que por un efímero instante, los mexicanos olvidaron las celebraciones futboleras tras el partido de la selección mexicana y decidieron pensar dos minutos en lo que sucede dentro de nuestro país (sí el que alberga a la entronada selección mexicana del Vasco Aguirre).

Pues bien, si es que tú, lector eres parte de esta alucinación- fantasía mía continúo con mi malgastada exposición. Muchos hemos opinado de la tan trillada “guerra contra el narco” tarea que parece única en la agenda presidencial del valeroso y bajito mandatario de la república: Felipe Calderón. Muchos estarán en contra, otros a favor, y eso no es lo que me ocupa ni preocupa hoy. Me tiene un tanto pensativa la forma en que el señor Felipe Calderón maneja su forma de hacer “justicia”. Quizás deberíamos empezar por entender qué concepción tiene el Jefe supremo de las fuerzas armadas (Calderón, o Felipillo, como le decían de chamaco) por ese término.

Y es que tal vez su definición y compromiso para con la justicia aplique sólo a lo concerniente al narco, porque de los dueños de la guardería ABC ni quién se acuerde… ¡Ah no!, el señor Gómez Mont claro que se ha de acordar, si hasta hizo un ejemplar intercambio de hostilidades muy políticas (?) y bastante diplomáticas con el señor Eduardo Bours, gobernador de Sonora y pariente de algún dueño de otra guardería o guarderías subrogadas, que esperemos, no caigan jamás en tragedia similar. No, este caso definitivamente sale de la política populista ya maltrecha del estimadísimo señor Calderón Hinojosa.

Ni qué decir sobre casos como Acteal en los que se liberan indiciados así sin más, pero no se abren nuevas investigaciones para encontrar verdaderos culpables. ¿Otro ejemplo? Todos y cada uno de los casos de corrupción en que han incurrido nuestros amados burócratas, pero que gracias a algunas “lagunitas” legales no es posible proceder desde la ley y constitución en mano. Me encanta esto de hacer listas de frustración así que seguiré con la señora Jacinta Francisco Marcial, indígena del Edomex acusada de SECUESTRAR a seis AFIS, sí… de los que hace no mucho nos presumían todos los telediarios, imagínense a la señora de más de 40 años y menos de 1.60m de estatura amagando y golpeando a unos pobrecitos policías entrenados.

¿Por qué de estas cosas no habla Felipe de Jesús Calderón Hinojosa? Un par de razones: los indígenas no dejan dinero, sí el dinerito extra que caerá con la Iniciativa Mérida, dolaritos verdes verdes que provee papá USA cada que un país de nuestro lado (el Latinoamericano, que lo americano nos lo quitaron hace unos siglos) toma acciones contra el narco. Ajá esos mismos billetes que también proporciona el FMI cada que un Estado demuestra combatir la venta y producción de drogas. Otra razón, es que mediáticamente no es lo mismo: “Los corrimos a todos por rateros, transas y corruptos” que decir:”Estamos en guerra” .

En fin, esta es sólo la primera de muchas dilucidaciones, dudas e inconformidades que a una persona anti-futbolera como yo, nos preocupan de cuando en cuando.